CONOCE A CARLOS ARRIAGA, FOTÓGRAFO DE PASIÓN Y PINTOR POR SENSACIONES

Neoyorkino de alma, y madrileño de nacimiento. Carlos Arriaga nos muestra su lado más profundo, la pintura al óleo sobre fotografía.

P- ¿Cómo llegaste a encontrar la técnica de pintura al óleo sobre fotografía?

R- Aprendí a pintar al estilo flamenco. Técnica que comienza por elaborar una grisalla a blanco y negro y, posteriormente, se da color a base de veladuras, es decir, colores transparentes al óleo. Así por ejemplo, se ha descubierto que la Gioconda tiene unas treinta veladuras. 

Un día, tras haber trabajado mucho tiempo con la pintura al óleo normal sobre lienzo, y al ser fotógrafo desde los 20 años, se me ocurrió utilizar una fotografía en blanco y negro como grisalla y aprovechar esta técnica para pintar a base de veladuras y colores. Digamos que es una manera de colorear, pero mucho mejor. 

P- ¿Cómo te sientes al fusionar tus dos pasiones? ¿Dirías que has encontrado tu técnica definitiva?

R- Sí, estoy 100% seguro. Soy fotógrafo de pasión y pintor por lo que supone la sensación de riesgo. Cuando estás delante de un cuadro es un poco inquietante,  pero a su vez es una sensación muy gozosa. 

P- Comenzaste tus estudios en fotografía, cinematografía, y vídeo. Incluso el cortometraje “Verano en la Universidad” en el que participaste fue galardonado con un Premio Goya en 1994 . ¿Por qué decidiste dejar a un lado el mundo cinematográfico para dedicarte a la pintura?

R- Principalmente por una razón, el hacer una película no depende de uno sólo.  Dependes no sólo de la industria, sino también de otras personas. Necesitaba crear, hacer algo por mí mismo. Por un lado, veía que podía tener autonomía absoluta y control total sobre mis objetos artísticos. Mi camino se fue yendo hacia la fotografía y la pintura. El cine es maravilloso, sirve para contar historias, pero también a través de la pintura se cuentan historias. 

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P- Has expuesto en ferias, galerías y museos tanto nacionales como internacionales como: Museo de Arte Contemporáneo, Banard Biderman & Worth Gallery de New York, Museo Arte Contemporáneo de Zulia, Feria FLECHA, Affordable Bruselas, Londres etc. ¿Dónde sería tu sueño exponer la próxima vez?

R- Mi sueño (se ríe), ¿El que sea? Cualquiera querría exponer en El Prado. Siendo madrileño y español, sin duda El Prado, es un sueño que aún me queda por cumplir. También exponer en Arco, pero poco a poco, todavía tengo mucha juventud acumulada (se ríe). 

P- Eres un apasionado de las ciudades de Nueva York y Madrid. ¿Qué ves en ellas? 

R- Son dos ciudades muy distintas. Madrid es una ciudad difícil, Nueva York, por el contrario, es una ciudad más fácil.  Para sacar una buena imagen, Madrid se riñe en 12 iconos, sin embargo en Nueva York tienes 500, es una ciudad muy fotogénica. 

Destacan puentes, ríos, tiene un punto industrial y  post industrial. En cambio,  Madrid es una ciudad más Europea, que desde las atalayas no es bonita, no es como Paris que todos los  tejados son muy parecidos. Excepto ciertas partes como; Calle Alcalá, o el barrio de los Austrias, en general. Si es verdad que es una ciudad coqueta, y con un paisaje maravilloso. 

Arquitectónicamente hablando, Nueva York es más del siglo XX, sin embargo, Madrid es de los siglo XVIII- XIX. 

P- ¿Cómo ves el mercado del arte en España? 

R- Flojo, no hay muchos coleccionistas, no se valora al artista. Un ejemplo, es que a mí siempre me están pidiendo rebaja. Es muy difícil vivir de este mundo. Uno lo hace con mucho cariño, y con ilusión. Supongo que la gente irá mejorando y dándole un mayor valor. 

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P- ¿Qué proyectos tienes en mente para un futuro?

R- Quiero hacer otras cosas. Llevo cuatro años haciendo las vistas de ciudades con árboles, creo que ya hay que empezar a cambiar el registro. Pienso en hacer interiores y retratos, muchos retratos, me parece que la mejor obra artística es el retrato. 

P- ¿Qué ciudad te gustaría pintar que no sea Nueva York ni Madrid?

R- Me encantaría Venecia, pero la Venecia que nunca se hace, no la de los canales, sino, la de los tejados. También las ciudades asiáticas, como Shanghai, Tokio e incluso ciudades como Saná en Yemen. Hay tanto… ¡El mundo entero! Me encantaría poder estar cinco años viajando solamente para hacer fotos, y luego otros cinco pintando. 

P- ¿Quiénes son tus referencias para tu trabajo? 

R- Eso es difícil de saber, pero siempre voy a los clásicos. Velázquez, Lucian Freud, los pintores, pintores. También Antonio López y Richard Estes.

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P- Podrías explicarnos cómo es tu proceso de trabajo desde el inicio de una obra hasta su resultado final.

R- Es muy sencillo, es mucho trabajo de ordenador porque son fotografías digitales que hay que componer, seleccionar, siluetear árboles, edificios… Luego compongo lo que me apetece, como funciona bien, me da igual la realidad. Más tarde, esa fotografía la mando imprimir en blanco y negro, normalmente sobre lienzo. Después, ese lienzo lo preparo con una textura, que es una resina plástica, mediante una espátula y luego a base de colores al óleo, que suelen ser transparentes para que dejen ver la fotografía debajo. Raspo con la mano para que dé esa textura, es decir, la pincelada no me interesa, sino, sobre todo, extender la pintura, suelo dar capa sobre capa para dar lugar a distintos tonos que al final formarán uno solo. Dentro del mismo espacio, doy una capa de frío primero, y luego una capa de cálido y así se va agrisando pero ahí quedan los dos tonos y se ven como si dijéramos una vibración de color muy especial. 

P- Observando tus obras se aprecia que utilizas mucho los colores fríos, el azul, colores grisáceos y como colores cálidos marrón, rojizos etc. ¿Podríamos decir que estos colores representan tu identidad?

R- No me ciño a uno, yo considero que la gama cromática es tan infinita que jamás me voy a ceñir a uno sólo.  Sí que es verdad, que en esta exposición hay mucho más contraste. Ahora que me fijo en esta exposición reniego un poco del azul, no sé si debería decirlo, pero creo que hay demasiado azul. Lo hice en el confinamiento. Puede que tenga algo que ver. 

P- ¿Cúal de tus obras te hace sentir más orgulloso y te gusta más?

R- El cuadro “Gran Veduta de Madrid” es una veduta como bien nombra el título. Como hacía Canaletto, vedutas que significa vistas inventadas. Él, cuando le gustaba un edificio lo dejaba y si no, lo quitaba y pintaba otro en su lugar. 

Este me gusta porque la composición, para hacer una veduta, está muy bien encajada, parece muy real. Además estoy muy orgulloso del colorido de los árboles y el cielo es muy liso y eso también me gusta. Por lo tanto es uno de mis cuadros favoritos, diría que es el mejor que me ha salido.  

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